sábado, 19 de marzo de 2011

PRISMA INVERSO

Como aire quisiera colarme por las rendijas para poder penetrar silencioso en las grutas más oscuras. Sin apenas claridad, a ciegas, torpemente e inexperto me movería por el interior tratando de encontrar el resplandor tímido que me guiase. A tientas, una vez encontrado, tomaría su mano y andaría tras de sí.

Los sentidos desearían sentirse exclusivos en esta ocasión, permaneciendo las palabras mudas en estado de reserva para mejor momento. La piel mudaría en apenas unos minutos dejando ver los nuevos trazos que ahora conformarían mi cuerpo; quedando los restos de la caduca corteza sobre la arena para ser reabsorbido por la madre tierra. Una nueva piel en un mismo cuerpo.

Con un exterior diferente, pasearía por el mundo de su mano libremente. Sólo aquellos que conocieran la persona que habitara dentro de ese cuerpo podrían reconocerme; ajeno y despreocupado circularía por la ciudad sin importarme demasiado el color ni el filtro que otros hubieran decidido colocarle al día. El tiempo pasaría a ser aún más irrelevante; obviaría la obsesiva importancia que se adjudica a su paso y la brutal necesidad de posesión, jerarquías y estados sociales serían borrados de la lista invisible que te dan el mismo día que vienes al mundo.


En días de lluvia nadie llevaría paraguas, en clase aprenderíamos poesía y música, los ojos serían educados para que pudiéramos ver la belleza en la sencillez y las palabras serían la vía resolutiva para los conflictos...........sumergido en una marea de posibilidades ideales, las noticias de nuevos bombardeos sobre Libia irrumpen dramáticamente, llevándome de nuevo a una superficie que tantas muestras de decepción con el comportamiento del ser humano está poniendo de manifiesto.

lunes, 14 de marzo de 2011

ENTRE LAS CURVAS DE TU ESPALDA

Contemplo la tarde pasada con absoluta lejanía, ¿y la noche?  Entre sábanas desconocidas. Una nueva mañana despierto en vidas ajenas. Salgo al exterior, ya me he despedido con anterioridad; ahora busco dejarme seducir bajo el ritmo de la ciudad. Ruidos de voces que me resultan extraños, golpes de tacones resonando en las paredes de cada calle que voy encontrando, simulacros de sonrisas que surgen de primeras plantas, gentes que circulan con miradas ausentes.

El sol reluce por encima de la fachada del edificio más alto de la ciudad; asomado a su terraza alguien limpia los cristales de la única farola que existe en este país mientras trata de espantar a una gaviota, que piensa hacer de aquel lugar su hogar. Más abajo continuó mi paso sin dirección aparente, camino por caminar, sigo la inercia, eché a andar e imagino que en algún momento habré de parar. Siento las gotas de sudor recorriendo mi frente, deseo arrancarme la ropa molesta del cuerpo, ¡se va también desnudo por la vida!

Una anciana llama la atención a su joven nieta para que no se vaya lejos, el perro del hombre de bigote cuarentón no deja de ladrar para que le lancen la piedra anhelada, un grupo de jóvenes corren veloces por encima de la negra arena de la playa; mientras todo esto sucede, me cuestiono acerca de la indeterminada cantidad de sucesos que pueden ocurrir en apenas un insignificante segundo.

La fatiga comienza a hacer mella en este trasnochado cuerpo, busco en una volátil panorámica el mejor espacio para dar con mis huesos sobre el suelo. A escasos metros, una joven pasea distraída, tararea una canción ajena al mundo y como por intervención divina, la merma física queda relegada al olvido. Ahora eres tú quién, de nuevo, centras la atención de todos los sentidos. Vuelta a empezar............

sábado, 12 de marzo de 2011

EN TUS OJOS


A través de la ventana, apenas descubierto, detengo la mirada en rostros extraños.
Trato de hallar de nuevo en alguna mirada distraída la verdadera naturaleza de las historias.
Busco entre iris y cristalinos, examino las pupilas ajenas con detenimiento casi obsesivo.
Mido la extensión del largo de las pestañas e intento, perdido en esfuerzos vanos, traspasar el umbral limítrofe que delimita la carcasa de las miradas.
Quizás crea que sea esta la vía más directa para llegar al interior de una persona; en parte porque los ojos no entienden de disfraces ni disimulos.

sábado, 5 de marzo de 2011

NOCHES COMPLICES

Entierro las manos bajo los ropajes cálidos que abrigan tu esencia buscando el cobijo reclamado entre los brazos de un alma extraña que en las noches inciertas puedo encontrar; ahí, justo ahí, obtengo la dosis necesaria que satisfaga la necesidad despierta. Moribundo, camino sin rumbo alterno, cada paso conoce su destino, las estrellas sobre mi cabeza les guiarán en medio de la ciudad. Los motivos los halló enredados entre añoranzas efímeras y adecuadamente breves, socializó mi cuerpo ante tus ojos desconocidos.
En ellos contempló toda la belleza que precisó, ni más ni menos. No deseo ver más allá de lo que en ese momento podamos enseñarnos cómplices en noches eternas.