martes, 28 de junio de 2011

COMO AIRE FRESCO

Salvador forma parte de una vieja habitación repleta de antiguos verbos y cientos de historias cubiertas de polvo. Dentro de ella aparecen diversos objetos que dan forma a un paisaje inanimado: junto a la cama, una mesita de noche coja con pequeños cajones, algunos vacios y otros llenos, sobre la que descansan un despertador que hace mucho tiempo que no soñaba con despertar a alguien, unas viejas cartas olvidadas que salen de su refugio y una pluma usada en cientos de letras que señalan al tiempo como el único juez de vida. Justo a su lado, una estantería repleta de libros ausentes de tapas permanece en silencio en perfecta armonía.

Sobre la pared de enfrente descansa un viejo cartel publicitario que escenifica el momento en que dos manos acaban por darse alcance; a sus pies, una maleta cargada con miles de besos y un pequeño juego escondido donde las reglas aún no han sido marcadas. A escasos metros, una pequeña lámpara descansa sobre un viejo arcón que recoge en su interior una lista de promesas por cumplir que permanece intacta. Bajo el fatigado mobilario una gigantesca llave; de aspecto oxidado y caduco, parece gritar que por favor la hagan girar. 

El dueño de la habitación parece haber oido sus súplicas, se arrodilla ante el arcón y cogiendo la llave la hace girar con fuerza en el interior de la cerradura. Un sonoro chirrido recorre las paredes de la instancia al levantar la puerta. En mitad de una gran nube de polvo consigue lanzar su mirada hacia las entrañas del viejo arcón, en él la lista no aparece ya. En su lugar un breve mensaje que reza: "Ausencias en mitad de todo y encuentros en mitad de la nada, razones suficientes para llorar y reir, ¿sigues dispuesto a renunciar a sentir?"

De nuevo, el aire parece agitar las cortinas de la habitación......

martes, 21 de junio de 2011

CORONA BOREALIS

En la plenitud ilusoria del joven sus manos sueñan con posarse sobre la fina línea que recubre la extraña piel ajena. Cabalga entre dos mundos tan próximos como lejanos, tan dulces como crueles, tan necesarios como desechables. Toda la belleza de la vida está en las más épicas recreaciones que dispone su mitad onírica; en ocasiones, teme abandonar el letargo para comenzar de nuevo un caminar triste y despacio.

Desearía dar vida a todos aquellos momentos que subyacen bajo el inconsciente y vivir adaptado al nuevo mundo creado. En él, no existirían amores posibles o imposibles, únicamente el amor viviría, puro y cristalino, juguetón e inocente. En él, no habitarían los miedos que paralizan, las dudas que nos devoran, el juicio que nos debilita. En él, aparecerían los cuerpos desnudos de sutilezas, desnudos de imposiciones creadas desde la fragilidad y la responsabilidad.

Devuelto a la realidad, esta noche no parece ser diferente. De nuevo, observa su imagen ante el espejo como la de un marinero que cada noche acude a su cita con las estrellas. Admira impasible el brillo estelar mientras reza para sus adentros, bajo su manto protector exclama deseos con la esperanza de hallar respuestas...........vano anhelo que huye despavorido presa de un rotundo silencio.

Recogiendo sus pedazos, una vez más sus pasos sobrevuelan el aire. Un aire extrañamente fresco, repleto de aromáticas huellas que dibujan un sendero. No reconoce el camino, camina apresurado adentrándose en su interior con la respiración agitada, una silueta a lo lejos y allí apareces tú.

Tú, para colmar de sentido su realidad. Tú, calmando el fuego de su corazón. Tú, para completar la mitad que permanecía huérfana. Tú, dando respuestas a todas sus preguntas. Tú, amando sus imperfecciones..........tú, simplemente, eres.

miércoles, 8 de junio de 2011

FINALMENTE

Si vienes a buscarme sabrás donde encontrarme, apareceré de puntillas tras el muro que separa nuestras esencias escondidas, en un recóndito resquicio que surgirá de lo inesperado permanecerán ocultas. Allí albergaremos confidencias, seguiremos las estelas que dejarán los cuerpos en la noche. Dispondremos la estancia y bajo su consuelo hallaremos el calor necesario, una a una buscaremos las palabras que nos abrirán la piel. Quedaremos despiertos cuando el hombre aún duerma y el niño aún sueñe con vencer al monstruo.

Quiero que sepas que una noche más me acuesto pensando en tí, quizás no debiera de decirte esto pero empiezo a estar cansado de contárselo siempre a la misma persona. El aire le hará bien a mis palabras, jugará con ellas como el viento acaricia a la cometa en su balanceo. LLevo tiempo confesando los sentidos y exigiendo una paciencia que se antoja insuficiente, la sed no se calma sino hay agua que llevar a los labios.