viernes, 22 de junio de 2012

EL COBIJO DE LA BUENA SOMBRA


Sentirme más cercano al muchacho que nunca se fue, aquel que al despertar sobre mi frente viene a posarse. Quiero recordarte tal y como eres, recordarte  imaginando la puerta de huida antes de llegar, el miedo ante unos labios extraños, el silencio de quién prefiere no ser escuchado bajo el azote de la ridícula evidencia.  Recordarte inocente ahora que la inocencia adolece en mi olvido particular y resurge si te ve jugar con ella, tan ajenos, tan niños , tan únicos.

No te olvido, veo tu imagen disfrazada de sombra en la pared compartiendo latidos mientras asaltamos el cielo, repartimos el hambre y soñamos con estar preparados llegado el momento. Ahora, descansa, esto continúa, no se detiene y las manos hoy se sienten más seguras. Voy donde ella, donde ellos pero siempre contigo.