Sentirme más cercano al muchacho que nunca se fue, aquel que
al despertar sobre mi frente viene a posarse. Quiero recordarte tal y como
eres, recordarte imaginando la puerta de
huida antes de llegar, el miedo ante unos labios extraños, el silencio de quién
prefiere no ser escuchado bajo el azote de la ridícula evidencia. Recordarte inocente ahora que la inocencia
adolece en mi olvido particular y resurge si te ve jugar con ella, tan ajenos,
tan niños , tan únicos.
No te olvido, veo tu imagen disfrazada de sombra en la pared
compartiendo latidos mientras asaltamos el cielo, repartimos el hambre y
soñamos con estar preparados llegado el momento. Ahora, descansa, esto
continúa, no se detiene y las manos hoy se sienten más seguras. Voy donde ella,
donde ellos pero siempre contigo.