No se admiten ilusiones ni posibilidades que puedan traer consigo futuros dolores de corazón, no se admiten estados fragmentados por la pena nuevamente. Ante ello, miles de excusas y de porqués de disculpas previas y defensas que actúen como meras corazas escuderas tan frágiles en su realidad que un leve suspiro de aire pueda tumbarlas al suelo más frío.
Suspiros por no haber hecho al final, requiebros de voces afónicas de tanto gritar arrepentidos por ello, penas por dejar en el olvido peticiones desatendidas y olvidadas. Libertades que se mueren con apenas diez segundos de vida, víctimas de juicios mal definidos desde su entrada en la sociedad infecta. Voces trémulas víctimas de un incontenible sentido de lo correcto, del orden, de la mesura. Dualidades de pensamiento motivadas por caracteres retrospectivamente anclados en marcos tradicionalmente idóneos. Naufragios de esperanzas que ven como presas de sí mismas acaban por ser arrastradas hasta las puertas de la catedral del mar.
Duermen los límites de la realidad bajo cielos que se me antojan lejanos a razón de lo visto. Pueden ser tan diversas las perspectivas que gracias a ellas obtengo respuestas a tantas inquietudes que puedan aparecer. En estos mismos límites comparecen personajes de tan variada forma y carácter como apetecen, de fácil aceptación y presencia mundana apreciada. Respeto las alternativas por complejas que se me antojen, valoro los intentos por reaccionar y accionar los tejidos del cuerpo e imagino que en medio de todo, los tiempos seguirán acompañando a las estaciones fieles a sus principios.
De lo profundo y abstracto que escribes, por momentos me ha costado entenderlo. Pero finalmente está comprendido. La dualidad del mundo y su trajedia, las posibilidades, que cuando optan por una, luego piensan que la otra...
ResponderEliminarGracias por añadir mi blog a tus favoritos en el directorio boosterblog.
ResponderEliminarTu forma de escribir y la mía no se parecen en absolutamente NADA, y sinceramente, a veces me cuesta no perderme, pero lo interesante está precisamente en eso, en compartir estilos distintos de los que aprender mutuamente.
Sigo leyendo.
Un abrazo.