martes, 30 de noviembre de 2010

EN EL FINAL, EL PRINCIPIO

No sé muy bien por donde empezar pero me lo ha pedido un querido amigo y voy a intentar no defraudarle.......Estoy divorciada. Sí, ese estado civil del que la gente habla muy frívolamente sólo porque ahora hay un alto índice de divorcios. Pues bien, es muy difícil pasar por esta situación sin que te deje secuelas importantes.
Lo primero es que no te lo esperas, seguido de una inmensa soledad. Aunque estés rodeada de gente tienes que aprender a usar muchísimo la palabra "sóla". Estás toda una vida, desde que eres una cría, compartiendo tu mundo con otra persona construyendo lo que crees qué es lo que quieres y lo perfecto. Pasas años intentando cimentar un hogar, una casa, unos hijos y una economía en común. En definitiva, lo que llamamos una vida estable. Estamos tan ocupados haciendo esto que por el camino nos olvidamos de lo más importante, seguir enamorados..... y lo que has tardado toda una vida en construir termina en lo que dura el baño de tu pequeña recién nacida. ¿Qué decir sobre esto?......Nada.
A partir de ahí sólo te queda mirar adelante pero, ¿cómo se hace eso? Tengo treinta y tantos y la sensación de no haber estado nunca sola.
¿Cómo empiezo? ¿Dónde están mis amigos? ¿Y mi vida anterior? Intentas volver al mundo y disimulas delante de tu familia, aunque no siempre se consigue, para que no sufran por ti. Sabes que a partir de ahora debes de valerte por ti misma, tomar decisiones y educar a tus hijos sin nadie que te abrace en algún momento y te diga: no te preocupes.......es difícil, podría estar hablando de esto durante días, pero no quiero extenderme demasiado.
Os diré que pasado el tiempo he encontrado mi sitio en esta vida, he luchado por mi trabajo, mis hijos han crecido y son estupendos y tengo unos amigos geniales. ¿Y mi familia? No sé que habría hecho sin ellos, siempre apoyándome en todas las decisiones que he tomado a lo largo de estos años sin cuestionarme NUNCA. No sabéis lo importante que habéis sido, y ahi entráis todos, en mi vida los últimos años. Hago lo que me gusta y tengo una vida propia, esa de la que nos olvidamos cuando estamos con alguien. Dejamos de ser nosotras para convertirnos en madre y esposa y nos olvidamos de quienes somos. Ahora con la experiencia que me da lo vivido, llevaría una relación de un modo muy distinto. Hay que preocuparse más de la persona y menos de lo que necesitamos o creemos que necesitamos para ser felices.
Al final de todo, interpretó que la mejor resolución posible es encontar aquel estado que te permita estar bien contigo mismo, sea el que sea.        


Texto escrito y cedido por una querida amiga.