lunes, 31 de enero de 2011

RETALES DE UNA HISTORIA

Levanta una nueva mañana en la ciudad. Las calles permanecen vacías. Sales poco fuera por miedo a encontrar con viejas fantasmas. Permaneces encerrado en un doloroso caparazón del que has renunciado a salir; confiaste el corazón al destino para acabar siendo retales esparcidos en la naturaleza. Ahora vives sin él dentro de un mundo imaginario dónde no esperas visita; las paredes de vuestra pequeña casita, ahora huérfanas de todo afecto, aparecen como testigos de la desintegración humana de un desconocido que entregó su alma.

Le cuentas que aún tus huellas permanecen impresas en cada rincón. Pensaste en deshacerte de ellas sin demasiado éxito, faltó el valor necesario para lograrlo. Quizás para otros resulte más sencillo combatir el dolor, para ti no. Eres víctima de la debilidad humana.

Aún puedes ver la silueta dejada por sus manos sobre tu piel, intentaste borrarlas después de irte sin demasiada recompensa. Cuando la fatiga te vence, regresan para advertirte que permanecen a tu lado, jamás dejarán descansar tranquilo el corazón. Sabedoras de la fascinación que despiertan en ti no renunciarán a este alma que tanto las adora; renuncian a despertar del sueño que fue y quebró.

Fascinaciones por momentos eternos asoman ante la puerta esperando la ocasión idónea para colarse de nuevo dentro. Lejos de ahuyentarlos, les recibe con el respeto que se merecen pues siempre serás bien recibida entre los límites que te forman. El silencio te acompañará como hasta ahora; no queda más que esto en vuestra realidad.

Quizás en otra vida pueda ser distinto, quizás ahí el sueño nunca llegue a destruirse y permanezca por siempre, quizás esta sea la dimensión equivocada, quizás seáis personas distintas……………demasiadas interrogantes que cuando resurges de donde estás, vuelven a perseguirle en la más sincera lucidez.