sábado, 5 de marzo de 2011

NOCHES COMPLICES

Entierro las manos bajo los ropajes cálidos que abrigan tu esencia buscando el cobijo reclamado entre los brazos de un alma extraña que en las noches inciertas puedo encontrar; ahí, justo ahí, obtengo la dosis necesaria que satisfaga la necesidad despierta. Moribundo, camino sin rumbo alterno, cada paso conoce su destino, las estrellas sobre mi cabeza les guiarán en medio de la ciudad. Los motivos los halló enredados entre añoranzas efímeras y adecuadamente breves, socializó mi cuerpo ante tus ojos desconocidos.
En ellos contempló toda la belleza que precisó, ni más ni menos. No deseo ver más allá de lo que en ese momento podamos enseñarnos cómplices en noches eternas.