lunes, 15 de octubre de 2012

EN CUERPO Y ALMA


Alguna vez soñé con ser la persona que llevase las cartas, con ser nana en la voz de una madre. Soñé despierto días enteros tras mis palabras, tras el amor a unos verbos inmensos. Fui hallando en ellas refugio donde pernoctar, en ellos el sostén donde justificar las causas.

Alguna vez soñé con robarle versos a mi padre, con garabatear con lápices sobre las paredes del cuerpo. Soñé dormido lunas enteras tras los escaparates de la ciudad, tras la marea de la muchedumbre.

Fui sumando en las restas y los lamentos, creciendo en las burlas caprichosas de la vida.


Llegado a este día comparezco ante vosotros para rendir cuentas, soy el reflejo de un hombre que no fue, de un hombre que quiere ser, de un hombre que murió para nacer de nuevo.