miércoles, 13 de abril de 2011

EL RESPLANDOR DE TU ROSTRO

Sonrojos efervescentes me pareció descubrir ayer en tus mejillas. Reconozco que aún me sorprende la belleza que encierra el reflejo del color de la inocencia en tu rostro. En él puedo ver el retrato de un hombre mucho más humano del que recordaba.

Es el momento en el que apareces y la vida distorsiona su aparente realidad. En él haces que quiera arrancarme la piel que me cubre para envolverme en tu sereno manto. Bajo tu cobijo buscaré acomodar mi cabeza entre tus brazos y en un susurro ahogado trataré de dar salida a todos los espejos dañados.

Es tu suave contoneo quién hace que despierte mis mañanas entusiasta y cautivo del deseo, anhelante por levar anclas sin un rumbo asignado. Ya en manos del oráculo, la nave conseguirá abrirse camino y con paso firme empujará nuestras almas hacia confines desconocidos.