lunes, 7 de febrero de 2011

DOS MALETAS, DOS TRENES


Una estación de tren cualquiera, un día de calor salvaje, una ciudad pérdida de otro mundo, dos jóvenes sentados sobre el suelo del andén 9, destinos diferentes. A sus pies descansan dos grandes maletas repletas de todo aquello que les dio tiempo a recoger del tendedero antes de salir huyendo de allí. Mientras aguardan la llegada del  transporte, fuman un cigarrillo a medias sin articular palabras. Tan propensos al diálogo y al uso vitalista de la palabra que ahora resulta extraño contemplar como permanecen callados, ni siquiera alcanzan para dedicarse una mirada furtiva.

La naturaleza que los unió con palabras ahora quisiera sentarse a su lado y preguntarle porqué. Ella no entiende de preguntas y respuestas, sólo entiende de sentimientos. Sigue contemplándolos como aquellos pequeños que un buen día, por primera vez, se propusieron fundirse entre sí. Irradiaban energía y luces destellantes en medio de tanta oscuridad como les rodeaba. Consiguieron hacer del mundo un lugar mejor en el que poder convivir, un pequeño universo solo para ellos dos.

Las estaciones detenían su paso muertas de celo al ver que existía un lugar donde su presencia pasaba desapercibida, las maldades humanas sufrían de penitencia diaria envueltas en impotencia y ofuscación, ¿y los miedos? Los miedos disfrutaban de jubilaciones anticipadas por cese de actividad neuronal.

La burbuja que hermetizaba su existencia  no sufría de fisuras ni de posibles pérdidas. Lástima que con el paso del tiempo permitieran agujerear su pequeño globo, dejando escapar por el orificio abierto toda la esencia que los hacía tan irreales en la realidad conocida.

5 comentarios:

  1. Texto cinematografico... ambienta las escenas de forma muy nitida.
    Muy interesante...
    Saludos :)

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  2. Es lo que tiene vivir dentro de una burbuja...

    Por cierto,si te enteras de la administración el la que te arreglan los papeles para conseguir esa jubilación anticipada de la que hablas avisa, que ya hay confianza... ;)

    Besazo de buenas noches

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  3. Es una pena que nada sea para siempre, todo está en constante cambio, a cada segundo aunque no lo percibamos. Hasta las burbujas más fantásticas terminan por erosionar.

    Me queda un regusto a tristeza.

    Un besito.

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  4. Lo que daría yo por huir alguna vez a algún lugar donde las cosas fueran sencillas..O al menos, no tan complicadas!
    Bonito texto. :)
    Saludos!

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  5. Una historia hermosa, pero creo que les pasó lo que pasa siempre (o casi siempre)... les pasó la vida.
    Bisou.
    Eva(M)

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