domingo, 10 de julio de 2011

EL PASO DE LAS ESTACIONES

El miedo a las alturas detuvo la caída esperada, no importaba la causa ni siquiera el culpable; ella no entendía de momentos. Dolía y lo hacía demasiado fuerte, insoportable hasta para las contracciones más enérgicas. Sentía arder su fuero más interno, el calor de las llamas asfixiaba en silencio su duelo; un pecho tenso esperando a recibir el golpe, si ha de venir que al menos esté preparada para recibirlo - solía decirse.

Inmersa en terapías de diagnóstico reservado guardadas bajo llave, ahora descansa en las entrañas de la bestia. En cada gesto aún ve aquellos recuerdos donde se conocían, donde se amaban, donde se perdían para siempre. Ahora que te encontró de nuevo, la llama que aquel día encendieron aparece desgastada, sin aliento. En la lejanía que el paso del tiempo nos proporciona, las viejas fotos toman nuevas dimensiones. Mira detenida aquello retratos de tiempos pasados y no reconoce los motivos originales que nublaron los sentidos. Recuerda que les gustaba caminar al filo de la navaja y que nunca les dió por echar un vistazo hacia abajo para saber que era eso del abismo.

3 comentarios:

  1. ¿Has leído la insoportable levedad del ser? Supongo que sí. Hay un momento en el que dice: aquel que quiere permanentemente llegar alto tiene que contar con que un día le invadirá el vértigo.

    Has puesto dos veces la preposición "de" en el verso once ;).

    Besos varios rey.

    ResponderEliminar
  2. Un placer volver a leerte Daniel. A todos nos sucede que con los tumbos y giros de la vida las fotos y los recuerdos mutan, toman nuevas formas hasta ese momento no entendidas.

    Saludos ;)

    ResponderEliminar
  3. Hola Dani!:D
    A todos nos ha sucedido alguna vez. A mí, particularmente, me suele ocurrir lo de querer caminar por el filo de la navaja y no darme cuenta jamás de que, aquello que hay más allá, no es más que abismo.
    Ahora que leo esto, ayer estuve mirando fotos de viejos tiempos, recuerdos que preferí olvidar en su día, y la verdad es que, cuando dejas pasar un tiempo, llegas a captar detalles, expresiones y gestos que tal vez antes habías pasado por alto, creyendo inconscientemente que así sería mejor.
    Me encantó la entrada, ¡y la foto es una pasada!
    ¡Me alegra leerte otra vez! Te he vuelto a echar de menos:)
    Un besote enorme, de los que dan vértigo!:D

    ResponderEliminar